Amo el sol y soy consciente de los miles de beneficios que tiene para mi salud. Y expongo mi piel y mis ojos al sol sin miedo (nos han vendido muchas motos).
Hay demasiada información a nuestro alcance que evidencia los numerosos trastornos que la falta de luz solar nos provoca.
Y si hiciéramos cómo cualquiera de los animales que nos rodean, ponernos a la sombra cuando el sol está fuerte, no habría mayor problema.
La cuestión es que no siempre es posible en nuestro ritmo de vida. Deportes acuáticos, largas jornadas en el mar sin sombras… Es en esos momentos en los que utilizo una crema solar de calidad y de confianza.
Ya hay muchas marcas respetuosas, y esta de doTERRA me encanta.
Se trata de protección mineral, sin tóxicos, con óxido de zinc no nano. Con extractos de plantas y aceites esenciales antioxidantes, que cuidan y protegen mi piel.
Así sí
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